Esquís de Travesía
Lo primero que se debe tener en mente es que el esquí de travesía es un deporte de riesgo, ya que trata de subir un pico y descender del mismo sin presentar ninguna clase de accidente. Por lo que los esquís que se utilizan en este deporte deben ser muy resistentes, fáciles de maniobrar, seguros de utilizar, y livianos para no fatigar las piernas.
Diferencias vs esquí alpino
El esquí de travesía es en realidad más demandante que el esquí alpino, ya que el alpino trata de descender por la ladera nevada de una montaña en el menor tiempo posible al deslizarse sobre la nieve, estando siempre dentro de un camino sinuoso marcado y bien delimitado, lo que ofrece cierto grado de seguridad.
Por otra parte, el esquí de travesía no depende de un camino marcado, sino de elegir una montaña, subirla lo más rápido posible, y descender por una de sus caras a gran velocidad, pero siempre teniendo cuidado con los posibles obstáculos que puedan estar en el camino, ya que el mismo no suele encontrarse despejado.
En cuanto a las diferencias entre los esquís alpinos y de travesía, se tiene:
- Más delgados
Mientras que los esquís alpinos son caracterizados por tener una punta un tanto ancha, los de travesía suelen ser más esbeltos en ese aspecto. Esto se debe a que las velocidades del esquí alpino son mayores, y se necesitan equipos más robustos para poder ofrecer una estabilidad superior durante el descenso.
- Núcleos más ligeros
El hecho de que el esquí de travesía se realice en su mayoría sin el uso de un medio de transporte que permita subir la ladera a pie, para luego emprender el descenso, el núcleo de los esquís de travesía se ha vuelto más ligero que los alpinos. Ya que se mantiene la rigidez del equipo, mientras que el peso disminuye.
- Tamaño menor
Mientras que los esquís alpinos suelen ser solo unos pocos centímetros más altos o bajos que quien los usa, los esquís de travesía son más cortos, lo que permite una maniobrabilidad superior al momento de descender por una ladera cuya trayectoria es desconocida.
Skimo para principiantes
Si no se tiene ninguna clase de experiencia en cuanto al deporte, lo mejor que se puede hacer es tomar las precauciones necesarias para informarse lo suficiente, aprender las técnicas de movimientos básicos, y utilizar la indumentaria requerida para practicar esquí.
- Equipo adecuado
Tener un equipo adecuado no significa que las botas combinen con el pantalón, sino que la ropa sea cómoda, permita movilidad, aísle del clima frío, y además sea reciente en caso de sufrir una caída. Las botas deben encajar bien en los anclajes de los esquís, y dichos anclajes deben estar bien fijados a la tabla.
- Tener un límite establecido
Es necesario saber cuándo detenerse, sobre todo cuando se es principiante, ya que si se está extenuado, lo más probable es que se sufra algún percance si se subestima el esfuerzo físico necesario para poder realizar un descenso de montaña a alta velocidad. Por ende, si hay fatiga, lo más recomendable es tomar un descanso.
- Tomar clases de esquí
Aunque se vea muy fácil, o se tengan aptitudes para los deportes, siempre es recomendable tomar una o dos clases como mínimo de esquí para poder familiarizarse con el equipo, y saber cómo actuar ante algún accidente, o incluso ante la ocurrencia de una avalancha.
- Acostumbrarse al entorno
Esto no quiere decir que solo sea necesario saber soportar el clima frío, sino poder ver el entorno que rodea a la persona, saber orientarse correctamente, e incluso es recomendable subir a la montaña en la que se realizará el descenso antes de emprender la verdadera aventura, así se podrá conocer el camino con anterioridad.
¿Qué necesitas saber antes de comprar el material?
Puede parecer muy simple entrar en una tienda de deportes, observar un par de esquís, sentirse atraído por el color o el diseño, y decidir comprar esos ya que se tuvo “un buen presentimiento”, pero en realidad existen ciertos criterios que han de ser tomados en consideración a la hora de comprar tus esquís.
- El peso
Quizás la característica más influyente cuando se necesita comprar un esquí, ya que de esta dependerá la maniobrabilidad del equipo, así como la facilidad de cargarlo a cuestas para poder subir las montañas, por lo que se recomienda que los esquís sean relativamente ligeros.
Sin embargo, los esquís de mayor peso suelen dar una mayor sensación de flotabilidad y control al momento de hacer una pirueta con los mismos, mientras que los más ligeros carecen de esa sensación. Aunque mientras más ligeros son, resultan más fáciles de maniobrar en giros muy cerrados.
- Tipo de esquí
Algo que muchas personas suelen olvidar es el estilo que desempeñarán con el esquí, por lo que terminan comprándolo para una modalidad, y terminan realizando otra diferente. Así como también se suele gastar mucho dinero en esquís de competencia de forma innecesaria.
Cuando se adquieren esquís de competición se habla de equipos superiores a los 1000 dólares, con núcleos de fibra de carbono, muy ligeros y rígidos. Por lo que para una persona principiante o intermedia, será suficiente un par de esquís de estilo polivalentes, los cuales son de precio bajo a medio, y muy resistentes para aguantar toda clase de castigos.
- Talla
Cuando se es novato, lo mejor que se puede hacer es elegir un esquí que sea más corto que la longitud total del cuerpo, de hecho, el largo recomendado es de 14 a 18cm menos que la estatura personal, ya que estos serán más livianos y fáciles de utilizar. En cuanto a los intermedios, se recomienda un largo de 12 y 14cm menos de la altura personal.
- Pieles de foca
En cuanto a estas, existen tres materiales, mohair, sintéticas, y compuestas. Lo mejor al adquirir una piel de foca es que esta sea compuesta, ya que ofrecen tanto agarre como deslizamiento. Además, las más recomendadas son las autoadhesivas, ya que pueden ser colocadas rápidamente, y sin usar pegamento líquido.